Vidal y Vargas abrieron el camino de una gesta histórica

Estadio Nacional. 20:40 horas de una fría noche de 11 de junio, en el 2015. Silbato del argentino Néstor Pitana y la selección chilena junto a Ecuador dieron el vamos a la Copa América que se celebraba en nuestro país. ¿Quién iba a pensar en ese momento que sería el inicio de una gesta histórica?

La Roja de Jorge Sampaoli formó Claudio Bravo en el arco (y capitán). Linea de cuatro en defensa con Mauricio Isla, Gary Medel, Gonzalo Jara y Eugenio Mena. Delante de ellos estaba el tridente de Charles Aránguiz, Marcelo Díaz y Arturo Vidal. ¿El 10? Jorge Valdivia. En ataque iban Alexis Sánchez y Jean Beausejour, cargado cada uno por su banda.

Tras un inicio que ilusionaba con dos llegadas claras del tocopillano, el equipo ecuatoriano (que dirigía Gustavo Quinteros) comenzó a explotar la velocidad de sus carrileros para marear a la zaga nacional, que resistió los embates del rival.

Chile tenía la pelota y comenzó a llegar con profundidad por la banda derecha, con buenas combinaciones de Isla con Vidal y Alexis, pero era el finiquito el que faltaba. La última puntada o se iba ancha o terminaba en las manos de Alexander Domínguez, el cancerbero ecuatoriano.

Así llegaron a la segunda parte. Sampaoli decidió una sustitución en el entretiempo: Eduardo Vargas ingresó por Beausejour, cambiando la dinámica de ataque y permitiendo a Sánchez moverse con mayor libertad.

Ambos elencos intercambiaban llegadas claras, pero sin llegar a anotar. Hasta que llegó un avance de Vidal por la derecha hasta el área rival y, ante un agarrón de camiseta de Miller Bolaños, el volante nacional se fue al piso. Pitana cobró penal y fue el propio Arturo quien tomó la responsabilidad. Remate al poste izquierdo, arriba, para dejar sin opciones a Domínguez y Chile al fin gritaba gol. El primero de la noche, el 1-0. Corrían 67 minutos en Ñuñoa.

Ecuador se fue con todo en busca del empate, el que pudo llegar a los 82' cuando Enner Valencia aprovechó una desconcentración tras una segunda jugada y estrelló un cabezazo en el travesaño del arco de Bravo.

Pero un error en la salida ecuatoriana le permitió a Alexis conectar una asistencia a Vargas, quien se mete al área oponente por la izquierda y con un remate cruzado por bajo derrota a Domínguez para el 2-0, el gol de la tranquilidad a poco del final. Porque ya se jugaba el minuto 84.

Para la anécdota quedó la expulsión de Matías Fernández, a los 90'+3', por doble amarilla. Final del encuentro y Chile quedaba como líder del Grupo A, donde faltaba que México y Bolivia cerraran la fecha, al día siguiente en Viña del Mar.

Así fue el inicio de una gesta gloriosa para la Roja, la que le dio su primera corona de América.