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La Roja

La final camuflada de Jara y otras historias 

Estas son algunas anécdotas que condimentaron la final del 4 de julio de 2015 bajo la investigación de CDF.cl. El zaguero hasta se disfrazó para estar al borde de la cancha tras la suspensión por el dedo contra Cavani. 

Por L. Rivera Talpen

Este sábado se cumplen cinco años de la obtención del primer título internacional de la selección chilena. El 4 de julio de 2015, la Roja empató 0-0 ante Argentina en la final de la Copa América y luego de unos 120 minutos apasionantes y de intenso nerviosismo se impuso en la definición a penales.

La historia oficial se encargó de repetir para siempre el penal de Alexis Sánchez, la copa en las manos de Claudio Bravo o las banderas que regaló Leonardo Farkas. Sin embargo, hay otras historias que pasaron inadvertidas y que también condimentaron la definición en el Estadio Nacional.

Jara se disfrazó de un joven voluntario:

Suspendido por la expulsión ante Uruguay, el zaguero de la selección chilena no podía estar en la cancha para el partido ante Argentina de la final. Sin embargo, defensor del Mazatlán FC igual se las arregló para estar presente al menos al borde del campo.

Jara se camufló en el sector sur del Estadio Nacional para ver desde los estáticos publicitarios el partido. Incluso, uno de los voluntarios de la organización le pasó un polerón para esconderlo. "Había un comisario de la Conmebol cerca", asegura este joven.

Ojo con la Presidenta:

El marcador del Estadio Nacional mostró las imágenes del partido todo el tiempo. Por reglamento, lo único que no podía exhibir eran las repeticiones de la transmisión de televisión... Y algo más.

Desde el gobierno pidieron a la organización que tampoco se mostraran en la pantalla gigante imágenes de la Presidenta Michelle Bachelet, quien estuvo presente en la final. Por ello, las personas que coordinaron lo que se mostraba en el marcador debieron estar atentas cada vez que la TV mostraba a la Mandataria en su palco. Tuvieron que cortar rápidamente y meter otra imagen en todas las ocasiones.

El millón de Leonardo Farkas:

Antes de la final, el empresario anunció la donación de 40 mil banderas de Chile para los fanáticos que llegaran a Ñuñoa.

El anuncio, que trajo gran cantidad de alabanzas desde el público, complicó a quienes estaban encargados de la organización. Voluntarios que estaban destinados a otras áreas debieron ser reubicados incluso fuera del recinto (un hecho que se había buscado evitar durante todo el torneo) para entregar las banderas a los asistentes.

Luego las mismas personas se trasladaron al estadio a cumplir su función asignada. Enterado de los aprietos en que puso a los jóvenes, el empresario donó un millón de pesos para realizar una fiesta para los voluntarios de Santiago.

Los que aprovecharon la caída de la red:

Una falla en el sistema de tickets alertó a la organización horas antes del partido. Sin embargo, como la gran cantidad de personas que llegó al estadio Nacional lo hizo con mucha antelación, el problema no fue grave sino hasta minutos antes del encuentro. Allí, algunos hinchas detectaron la falla y pudieron entrar con entradas ya utilizadas.

CDF.cl recogió el testimonio de Sebastián, un fanático de la Roja que viajó desde Viña del Mar con la ilusión de entrar con un boleto impreso de una persona que ya estaba dentro del estadio. Al llegar al Nacional, mantuvo su versión ante los encargados de seguridad, quienes optaron por dejarlo entrar ante el gran tumulto generado y el problema existente que daba crédito a su versión.

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