Bravo desclasificó un recuerdo de la Copa América Centenario

El 30 de abril de 2016, a poco menos de dos meses de disputarse la Copa América Centenario, Claudio Bravo sufrió una lesión la pierna derecha cuando defendía al FC Barcelona ante su actual equipo, Real Betis. Esto provocó que la presencia del arquero en el certamen junto a la selección chilena.

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Sin embargo esto no fue lo más delicado que le sucedió al formado en Colo Colo, ya que en la primera semana de mayo, su hija Emma recién nacida debió ser hospitalizada por ictericia y una anemia. El 3 de junio comenzó el torneo en Estados Unidos con Bravo como capitán y presente en la cancha.

El domingo 26 se cumplió uno d elos hitos más importantes en la historia del fútbol chileno, la Roja repetía la épica del 2015 y conquistó la Copa América Centenario en el MetLife Stadium ante la selección argentina por penales. Encuentro donde el meta logró una de las atajadas más memorables de su carrera.

"Mis primeros dos partidos fueron un desastre. Estaba fuera de forma y distraído. Mi cuerpo estaba ahí en el campo, pero mi mente estaba en casa con mi familia. Me marcaban goles por todos lados y yo me acuerdo de que en el segundo partido, me hacen un gol y pensé: “No, no, no. No estoy listo para competir”, fue lo dicho por el ex Real Sociedad a The Player Tribune.

Además, el ex Manchester City recordó aquella noche en Nueva Jersey al enfrentarse nuevamente a la albiceleste en una definición: "Ganamos los cuartos y la semifinal con nuestra valla invicta. La final fue contra Argentina, y otra vez fue a los penaltis. Había visto partidos de los ejecutantes en situaciones de presión, porque cuando la presión es tan fuerte, los jugadores suelen repetir lo que venían haciendo".

"Me acuerdo del penalti de Lucas Biglia, el último. Había visto los últimos 8 que había pateado, así que cuando vi que arrancaba desde la mitad de la cancha, lo supe. Ya había hecho la parada antes de que él ejecutara. Unos instantes después, éramos campeones otra vez. Dos títulos en dos años", profundizó.

"Mientras corríamos por el campo celebrando, empecé a llorar. Como padre, había estado miles de kilómetros lejos de mi hija. Como jugador, había sido el capitán de toda una nación, de 18 millones de chilenos. Había empezado mal. Me habían crucificado. La presión había sido enorme", agregó el mejor arquero de La Liga en 2015.

Al finalizar, el portero no escondió su emoción y recordó el momento más importante post celebración del título: "Un día después, volé de regreso a casa con mi mujer y mis hijos. Emma está bien, gracias a Dios. Celebramos con una cena familiar. Nada especial, como se dice. Aunque para mí, esa fue la cosa más especial del mundo.