Bitácoras mundialeras: La miss acosada y el juego del calamar

Desde hace dos décadas se anuncia la marea asiática. Desde que organizaron el mundial, Japón y Corea asisten a cada Copa con la promesa de romper la tradición y meterse entre los mejores del Mundial. Los coreanos lo hicieron el 2002, pero empujados generosamente por la mano arbitral. Y los nipones que se quedan en octavos, siempre con el sabor amargo de poder hacer algo más. Desde los 12 pasos rompieron la ilusión.

Lo de Corea rozó el bochorno, porque pareció que jugaba a otra cosa. A algo parecido al Juego del Calamar, que tanta fama le dio al país. Con una selección mucho más débil que en mundiales anteriores, demostraron que le birlaron la opción a Uruguay sin que tuviera demasiado sentido. Los charrúas hicieron todo lo posible por quedarse afuera, es cierto, pero tienen un afán competitivo en los pleitos de definición directa que los compañeros de Son aún no igualan. Lo mismo corre para los africanos.

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Esto reabre la polémica sobre el próximo mundial. En el 2026 competirán 48 países y aún no se decide el formato. Pueden ser 16 zonas de 3 donde sólo clasifica el primero. O 12 grupos de 4, pasando los mejores terceros, lo que alargará el certamen. O hacer dos mundiales, con 24 participantes cada uno, a la usanza de España 82, donde llegan a la final los dos ganadores, lo que parece muy engorroso. Será labor de la FIFA, sus asesores deportivos, pero sobre todo financieros, los llamados a poner orden en este descalabro provocado por Infantino para garantizarse la sucesión de Blatter. Parece un engendro. La idea, no Infantino, que se aburre como ostra en el palco VIP.

Quedé esperando a Miss Croacia. Ivana Knoll se convirtió en inesperada protagonista del Mundial y eso pese a que la transmisión oficial, que muestra todo lo que puede en las tribunas, decidió obviarla en los cuatro partidos. La muchacha acompaña a la selección y es la mujer más fotografiada en esta Copa, aunque se especula que por dos razones. La primera es obvia y la segunda es que los locales la inmortalizan para denunciarla ante las autoridades, lo que hablaría muy mal de ellos, porque se supone que los estadios serían algo así como terreno internacional, aunque la cerveza sea sin alcohol y los letreros políticos o raciales estén limitados.

Un minuto de silencio por el 974, el estadio con nombre de motel y el más admirado en esta Copa del Mundo, que será íntegramente desmantelado. A mí me parece más bonito el Al Janoub, obra de la arquitecta británica-iraní Zaha Hadid, quien le habría hecho una verónica a las autoridades locales al diseñarlo con forma de vagina, aunque ella y los qataríes se apresuraron en precisar que tenia forma de barco dhow, los que surcaban el golfo. Los he googleado e investigado, y no están ni cerca. Compare usted, pero no me acuse a la policía de la moral, please.